sábado, 5 de junio de 2010

Gripe A (XVII): Medidas preventivas frente a la transmisión indirecta: los fomites.


Desde hace años, sabemos que los virus de la gripe que han sido expulsados por un individuo enfermo (mediante la tos, los estornudos, al hablar, ...) pueden mantenerse en el medio ambiente con capacidad para infectar durante horas o incluso días, dependiendo de factores como la humedad o la temperatura del ambiente, o incluso la materia de la que está compuesta el objeto en el que se encuentra.

Ello es lo que permite lo que llamamos la transmisión indirecta, que es el contagio de la enfermedad por transmisión de virus de una persona enferma a una persona sana a través de objetos inanimados (que, como ya vimos, reciben el nombre de fomites) o incluso de las manos de una tercera persona que no haya guardado la higiene adecuada después de haber estado expuesta a contaminación por el germen.

Esto no es únicamente una posibilidad teórica, sino que ha podido comprobarse respecto de objetos como cubiertos, papeles o juguetes, e incluso respecto de las propias manos humanas.

Teniendo en cuenta esa circunstancia, merece la pena adoptar precauciones encaminadas a evitar la transmisión por esta vía indirecta.

En concreto, en lo referente a los fomites, no es necesario adoptar medidas tan radicales como las que propone Mike Bonales en esta otra muestra de los “Consejos útiles” para prevenir la gripe A que incluyó el su blog Conejo Frustrado el pasado 5 de septiembre de 2009, presentando un chiste que se basa de nuevo, precisamente, en lo exagerado de su planteamiento:


Por el contrario, puesto que sabemos que los virus gripales no pueden atravesar la piel humana íntegra y, sin embargo, sí pueden penetrar en nuestro organismo a través de las mucosas, merece la pena evitar, dentro de lo posible, poner en contacto directo nuestras mucosas con objetos que recientemente hayan podido ser contaminados por otras personas. Por ejemplo, evitar besar objetos que hayan sido besados recientemente por otras personas, especialmente si se trata de desconocidos, como propone Forges en el chiste aparecido en el diario El País el pasado 23 de agosto de 2009: