viernes, 12 de junio de 2020

Los columpios precintados


La visión de los parques infantiles rodeados por una cinta de precinto policial ha sido una imagen constante durante el estado de alarma por la crisis sanitaria causada por la Covid-19. Los hemos visto así, con el acceso vetado (no restringido, sino directamente prohibido), durante los meses del confinamiento.

La llamada "desescalada" (término que utilizamos para referirnos a la progresiva relajación de las medidas de aislamiento social, y que no está contemplado todavía en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española pero con el que nos hemos familiarizado todos en las últimas semanas) sigue su curso, y en la actualidad (escribimos esta entrada en fecha 11 de junio de 2020) más de media España se encuentra ya en Fase 3.

En esta fase, podemos acudir ya a los gimnasios, a los restaurantes (incluso en interiores), podemos viajar entre provincias y podemos hacer uso de las zonas comunes de los centros comerciales.

Sin embargo, los parques infantiles siguen precintados. Muy probablemente, el retraso de la posibilidad de acceso a estos espacios recreativos guarde relación con la dificultad de evitar la interacción física directa entre sus pequeños usuarios (con el posible intercambio, casi inevitable, de saliva y mocos entre los de más corta edad), y con la dificultad desinfectar de forma continua el mobiliario urbano que contienen después de su uso, pero no por ello resultará menos desconcertante para cualquier observador la paradoja de ver cómo a los adultos se les permiten ya actividades diversas de esparcimiento y diversión mientras que los niños tienen, todavía, vedado el acceso a sus propios espacios de ocio.

Jaume Capdevila i Herrero (Kap) ha plasmado con acierto esa perplejidad en esta viñeta, publicada en La Vanguardia, que muestra la consternación de una niña que reflexiona frente al columpio bloqueado, apenas a un metro de distancia de un grupo de adultos que disfrutan, sin aparentes limitaciones, de su reunión en una terraza adyacente:

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El mismo autor, en otra viñeta, refleja otra contradicción que también afecta a los niños: la recuperación (planificada, minuciosa) de la actividad futbolística antes, incluso, de que se haya clarificado cuál va a ser la forma en que se retomará, el próximo curso, la docencia en las escuelas (hoy mismo hemos sabido que todavía no se ha logrado consenso entre el Gobierno y todas las Comunidades Autónomas y que no ha podido aprobarse, todavía, un protocolo de seguridad conjunto):

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La misma contradicción, y con igual agudeza, plasmó Puebla en su viñeta publicada el 4 de junio en el diario ABC:
















Tal vez entre las prioridades que han condicionado las decisiones (difíciles, sin duda) que ha sido necesario tomar en esta crisis no siempre ha gozado de la consideración que debería merecer el bienestar de los más vulnerables.

Suele decirse, con relativa frecuencia, que saldremos de esta crisis  fortalecidos, mejores. Tal vez, con suerte, saldremos, al menos, conscientes de nuestras limitaciones.