En las entradas inmediatamente anteriores hemos estado viendo algunos ejemplos de vocablos procedentes del lenguaje común que han sido incorporados al lenguaje médico en forma de metáforas. En esta ocasión vamos a presentar un ejemplo de lo contrario: cómo un autor recurre a una expresión médica para ilustrar con ella una realidad extraída de otro ámbito.
La semana pasada supimos que Andrés Rábago García, El Roto, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Ilustración 2012. El jurado ha destacado "su visión crítica, poética, aguda e inteligente" con la que ayuda a reflexionar sobre "cómo somos y cómo vivimos".
La obra de El Roto es inclasificable. No cabe duda de que sus viñetas incluyen indefectiblemente una ilustración, que generalmente acompaña a un texto, el cual con frecuencia es el verdadero protagonista. Y siempre propone una reflexión, que no necesariamente invita a la sonrisa. Como dijo Georg P. Burns, “quien nos hace reír es un cómico; quien nos hace pensar y después reír es un humorista”. El Roto se concentra en hacernos pensar, y utiliza para ello los recursos del humor gráfico.
Aunque ya en el pasado hemos tenido ocasión de analizar algunas de sus propuestas, hemos querido rendir un homenaje al autor dedicándole la siguiente entrada de nuestro blog. Puesto que estamos hablando de metáforas, hemos buscado, en su aportación diaria al periódico El País, algún ejemplo de su obra en el que utilizara una metáfora médica, y hemos elegido la del 14 de abril de este mismo año:
Como ya vimos en una de nuestras entradas más antiguas (http://elhumoryelfuego.blogspot.com.es/2009/11/gripe-ii-los-virus.html), el sistema inmunológico (también llamado sistema inmunitario, y, de forma abreviada, sistema inmune), es un conjunto de células, estructuras y procesos biológicos, que detectan amenazas contra el organismo y nos defienden contra ellas: con frecuencia, se trata de amenazas de tipo infeccioso (microbios que proceden del exterior), pero también tienen capacidad para identificar otras amenazas incluso procedentes del propio organismo (como células cancerosas, que puede diferenciar de las células normales) y atacarlas.
Cuando el sistema inmunológico no es capaz de cumplir su función con eficacia por falta de alguno de sus elementos o estructuras, hablamos de inmunodeficiencia.
Por el contrario, cuando el sistema inmunológico, en su actuación, lesiona de forma significativa órganos o tejidos del organismo, hablamos de enfermedad autoinmune.
Las enfermedades autoinmunes pueden tener manifestaciones muy variadas. Algunas veces, tales manifestaciones están condicionadas por la afectación de un único órgano o sistema. Son las llamadas enfermedades autoinmunes organo-específicas: por ejemplo, la piel en el pénfigo o en las dermatitis atópicas, la glándula tiroides en la tiroiditis autoinmune, los pulmones en la llamada neumonitis por hipersensibilidad, ... En otras ocasiones, las manifestaciones clínicas se deben a la afectación de múltiples órganos o estructuras, y entonces hablamos de enfermedades autoinmunes sistémicas: entre ellas, la enfermedad llamada lupus eritematoso sistémico (cuyo propio nombre incluye una referencia metafórica, a la que volveremos muy pronto).
En todos los casos, no obstante, el sistema inmunitario, que forma parte de la esencia más íntima de nuestro organismo, ataca a la integridad del mismo.
Y esa es la imagen que El Roto propone como metáfora, aludiendo a la crisis financiera internacional que estamos viviendo.