martes, 9 de junio de 2020

El psicólogo clínico como profesional sanitario y la pandemia de Covid-19.

Las consecuencias de la pandemia de Covid-19 en nuestro país, al igual que en el resto, han resultado devastadoras para muchas personas. Es un hecho que ahora que la incidencia y prevalencia de la enfermedad son significativamente inferiores (lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que el virus haya desaparecido), y que las medidas excepcionales adoptadas están relajándose de forma progresiva y asimétrica en las diferentes zonas geográficas, están empezando a aflorar síntomas psicológicos relacionados con la situación tan traumática que hemos vivido, especialmente en forma de trastornos de ansiedad y depresiones, a veces graves.

No es raro que, una vez que las personas que han atravesado una situación altamente estresante se ven fuera de la misma, o la presión afloja, sea cuando afloran las consecuencias psicológicas de la misma, que habían estado latentes (postergadas) mientras el sujeto estaba luchando por sobreponerse a las circunstancias externas. Puede ocurrir que cuando esas circunstancias externas dejan de ser tan acuciantes sea cuando se haga evidente la afectación del estado de ánimo.

Miki y Duarte lo recogen hoy en su viñeta publicada en Diario de Sevilla, con el título "Otros efectos de la pandemia":












Nos ha gustado especialmente la metáfora visual de presentar al psicólogo dentro de lo que parece un dispensador de gel hidroalcohólico.

Esa metáfora tiene más de una posible interpretación.

Una interpretación posible nos presenta al psicólogo intentando ofrecer argumentos contra el miedo ajeno cuando el suyo propio le obliga a buscar medidas excepcionales para protegerse.

Otra interpretación podría presentar al psicólogo como un recurso valioso en la lucha contra la pandemia. En España, el psicólogo clínico tiene consideración de profesional sanitario desde la entrda en vigor de la Ley General de Salud Pública, que data del año 2011. Como profesionales sanitarios que son, podemos entender que tienen una función fundamental en ayudar a paliar esos efectos psicológicos, a veces dramáticos, de las situaciones vividas. Pero también, como el resto de profesionales sanitarios, tienen una función irrenunciable en ayudar a concienciar de que el virus no ha sido erradicado, y que la responsabilidad individual de todos y cada uno de nosotros será decisiva para continuar limitando, en el futuro inmediato, la transmisión de la enfermedad entre nosotros.

El psicólogo como profesional sanitario, y el profesional sanitario como un elemento fundamental, todavía hoy, en la lucha contra la pandemia: de ahí la idea de vincularlo a un dispensador de gel hidroalcohólico.

Quizás la interpretación más fácil, y más intuitiva, sea la primera.

A nosotros también nos gusta la segunda.