martes, 26 de abril de 2011

De alegorías y pictogramas.


Según la definición que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española, una alegoría es una ficción en virtud de la cual algo representa o significa otra cosa diferente, o bien (en otra acepción) la representación simbólica de ideas abstractas por medio de figuras, grupos de éstas o atributos.

En las últimas semanas, hemos visto reiteradamente en los medios de comunicación (incluso en este mismo blog) un símbolo que nos trae a la cabeza la idea de radiactividad (de hecho, es una clara representación gráfica, una alegoría, de la misma): se trata de un círculo rodeado por tres aspas, el grosor de las cuales aumenta a medida que se van alejando del centro.

Desde el pasado mes de marzo, estamos viendo este símbolo asociado con Japón, y utilizado de formas diversas para hacernos reflexionar sobre la tragedia que allí se vive. Lo hemos visto dibujado con colores distintos y en contextos diferentes.

Edo, por ejemplo, lo situaba en la zona frontal de la máscara protectora que lleva el único personaje de su chiste de fecha 16 de marzo de 2011, evocando con su círculo rojo central el país del Sol naciente (pues la bandera japonesa consta, precisamente, de un círculo rojo sobre fondo blanco):
























Hammad lo transformaba, en su ilustración de fecha 15 de marzo de 2011, en una multitud que, dividiéndose, marchaba en tres sentidos distintos alejándose del círculo rojo central (Japón, de nuevo):



















Nemo, por su parte, lo utilizaba también el pasado mes de marzo para representar un sinfín de partículas radiactivas que ascendían hacia el cielo tras brotar de un volcán azotado por el tsunami:




















En realidad, ese símbolo se utiliza como pictograma para avisar sobre la presencia de materias radiactivas: un pictograma es un dibujo esquemático que, sobre una forma geométrica concreta y con un color determinado, se emplea en el ámbito laboral para describir una situación determinada. Los hay de muchos tipos (de prohibición, de obligación, indicaciones de salvamento o socorro, ...), y la que nos ocupa es, como se ha dicho, de advertencia: pero, tal como lo describe el Real Decreto 485/1997 sobre disposiciones mínimas en materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo (que supone la transposición al Derecho español del contenido de la Directiva 92/58/CEE del Consejo de Europa), debe aparecer con unas características determinadas: el color del símbolo debe ser negro, recortándose sobre el fondo amarillo de una figura triangular con bordes negros en la cual el color amarillo deberá cubrir, como mínimo, el 50 por ciento de la superficie de la señal:





















En la vida diaria, sin embargo (al igual que en el humorismo gráfico, que es, como sabemos, un reflejo de la vida diaria, si bien habitualmente caricaturizada y, por tanto, distorsionada como en un espejo de feria), no siempre hallamos esta señal con todos sus requisitos, sino que es frecuente encontrarla de colores diversos y/o sobre fondos variados, como en el chiste de Gras con el que cerramos esta entrada, aparecido en El Jueves nº 1770 (del 20 de abril de 2011) y para cuya comprensión recomendamos la lectura o relectura de nuestra entrada del pasado 16 de abril, referida a la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (INES):